¿Tú lo pasas bien con esto?
Una pregunta sencilla, hecha por un niño de 10 años, que desmontó una sesión y me hizo repensarlo todo.
¿Tú lo pasas bien?
Esto me pasó hace años.
Pero lo tengo grabado como si fuera esta mañana.
Academia.
Sesión dura.
Niños compitiendo, sudando, fallando, apretando.
Uno en concreto —10 años, mirada de pillo, buena derecha, peor revés— me estaba dando guerra.
No por rebelde.
Por honesto.
No hacía lo que le pedía.
No porque no pudiera.
Sino porque no quería.
Yo insistía.
Le corregía.
Le exigía.
Más intensidad. Más precisión. Más foco.
Al final de la sesión, me acerco. Le hablo. Le explico. Le pido.
Y él, muy tranquilo, me mira y me suelta:
“¿Tú lo pasas bien con esto?”
Zas.
No sé si fue por el tono.
Por la edad.
O por lo simple.
Pero esa pregunta me desmontó.
Porque en realidad sí lo estaba pasando bien.
Pero estaba tan enfocado en exigir,
en sacar su mejor versión,
en que “todo saliera perfecto”...
...que se me había olvidado disfrutar del momento.
Y él lo notó.
No te cuento esto solo por el niño.
Te lo cuento por mí.
Por ti.
Por todos los que a veces confundimos exigir con avanzar.
¿Tú lo pasas bien con lo que haces?
De verdad.
No si es perfecto.
No si todo va bien.
No si ganas más o menos.
¿Tú lo pasas bien con esto?
Porque si no lo estás disfrutando…
¿para qué lo haces?
No todo es diversión.
Pero si no hay algo de disfrute, algo se pierde.
Y lo primero que se pierde es el sentido.
Exigir no es el problema.
El problema es olvidarte de por qué empezaste.
Yo lo tengo claro.
Y cada vez que me lío, me acuerdo de ese niño.
Su derecha mejoró.
Su revés también.
Pero lo que nunca perdí de vista fue su pregunta.
Y eso me sirve cada vez que vuelvo a la pista.
Seguimos.
— Jorge

Jorge Cárdenas
Padel Pro Coach.
Entrenar te mejora. El propósito y la mentalidad te transforman.