Ser exigente no es gritar desde el coche: es acompañar con cabeza
Muchos padres creen que ser exigentes ayuda a sus hijos a mejorar. Jorge Cárdenas explica por qué ese tipo de exigencia solo suma presión y resta confianza.
Ser exigente no es esto
¿Eso es ser exigente?
Ponerte en el coche y soltarle a tu hijo todo lo que ha hecho mal en el partido…
No.
Eso no es exigencia.
Eso es hacer el tonto.
(Perdona que te lo diga así.)
Eso es soltar tu frustración.
Porque tu hijo ya lo sabe.
Lo ha sentido en la pista.
Lo ha visto en tu cara.
Lo ha notado en tu silencio.
Y cuando por fin se sube al coche, cansado, tenso o decepcionado…
ahí estás tú, con el informe técnico y el gesto torcido.
Eso no es exigencia.
Eso es ruido.
Y el ruido, cuando se repite mucho… apaga.
¿Quieres ser exigente de verdad?
Entonces exige en el proceso.
En el esfuerzo.
En la actitud.
En la constancia.
No en la perfección.
Ni en el resultado.
Y si de verdad quieres ayudarle,
hazle preguntas que le hagan pensar,
no sentir culpa.
- “¿Qué te ha costado más hoy?”
- “¿En qué momento te has sentido fuera?”
- “¿Cómo habrías jugado ese punto si pudieras repetirlo?”
Ahí empieza la mejora.
No en tu sermón.
Ni en tus comparaciones con otros niños.
Y si un día te dice esto…
“Prefiero que no vengas a verme.”
No te lo tomes como un ataque.
Y mucho menos le quites la herencia.
Si juega mejor cuando no estás…
no digas que es casualidad.
Porque no lo es.
Es alivio.
Y tú podrías ser justo lo contrario…
si aprendes a estar sin apretar.
Si te has visto en esto…
Estás a tiempo.
Porque ya has hecho lo más importante:
darte cuenta.
Y porque nadie lo hace con mala intención.
Solo con miedo.
O con ganas de que todo salga bien.
Pero “salir bien”…
no siempre es ganar.
Y si eres entrenador…
Y te toca aguantar a ese padre.
El que exige mal.
El que aprieta donde no debe.
El que contamina sin querer…
Respira.
Y protégelo del ruido.
Hazle ver al niño que lo que pasa en la pista se queda en la pista.
Dale validación por lo que hace bien.
Y si hace falta… haz de filtro.
Porque muchos padres no lo hacen con maldad.
Lo hacen por miedo.
Y por miedo… se dicen muchas tonterías.
Tú, como entrenador, puedes ser el puente.
No el escudo.
Pero sí la guía.
Seguimos.
— Jorge

Jorge Cárdenas
Padel Pro Coach.
Entrenar te mejora. El propósito y la mentalidad te transforman.