Tu actitud también entrena

Jorge Cárdenas explica por qué no basta con entrenar la técnica. Tu actitud también se entrena, y a veces es lo que más marca la diferencia.

Tu actitud también entrena

¡Buenas noches!
 ¡Buenos días!
 O… ¡buenas tardes!

Pero, ¡Buenas!

Así se empieza.
 Ahora sabrás por qué.

Tampoco es tan difícil…

Bueno, al lío.

Muchos llegan al entrenamiento y ya sabes cómo va a ir la sesión…
 solo por cómo saludan.

A veces, alguno ni saluda.
 (Pero esto es otro tema)

A veces con la mirada baja.
 Otras en voz bajita.
 A veces con la boca cerrada.
 Otras con los ojos demasiado abiertos.
 A veces inyectados en sangre.

Cuerpo cansado.
 Gestos lentos.

O esa frase de entrada:
 “Hoy vengo reventado…”

OJO. CUIDADO. BE CAREFUL.

Y no lo digo como reproche.
 Lo digo porque la actitud también entrena.

No es solo lo que haces con la pala.
 Es lo que haces con la cabeza.
 Con tu energía.
 Con tu presencia.

Hay días malos, claro.
 Días sin ganas, también.
 Días con cosas en la cabeza. Somos humanos.

Pero hay algo que se puede elegir:
 la actitud con la que te presentas.

He tenido jugadores que técnicamente estaban lejos,
 pero que cada vez que entraban en pista,
 te daban ganas de entrenarlos.

Te encienden.
 Te motivan (email anterior hablo sobre esto)

Por cómo miraban.
 Por cómo respondían.
 Por cómo pedían otra bola.

Eso también suma.
 Y no se enseña. Se contagia.

A veces no es cuestión de nivel.
 Es cuestión de disposición.

Y sí, se nota.
 Y sí, cambia el ambiente.
 Y sí, afecta a los resultados.

Así que la próxima vez que entres a entrenar…
 hazlo con el cuerpo.

Pero también con la intención.

Porque todo lo que haces…
 también te entrena.

Seguimos.
— Jorge