Nos tocó empezar de nuevo
Cómo nació J3Pádel: de perderlo todo a empezar de verdad.
Jorge Cárdenas cuenta el origen real de J3Pádel. Una historia de reinvención tras el cierre de un club que marcó época. Talento, lecciones y espinillas.
Nunca he dudado de lo que era capaz de conseguir.
Ni de lo que podíamos construir.
Pero eso no significa que el camino haya sido fácil.
Ni recto.
Ni predecible.
El inicio: pistas, clases y universidad
Durante más de diez años estuvimos dando clases en diferentes clubes.
Para sacar un dinerito. Para vivir la experiencia de ser universitario.
Y para cumplir con lo que, en teoría, “tocaba hacer”.
Sin eso, no eres nadie.
¿De verdad?
No. Pero era lo que tocaba en ese momento.
En pista desde la mañana hasta la noche.
Entrenando. Formando. Compitiendo.
El punto de inflexión: 2009 – 2014
Durante cinco años, desde 2009 hasta 2014, trabajamos en el que fue el primer club indoor de Málaga.
Allí, junto a Jordi Muñoz, montamos una de las mejores academias de menores que se ha visto.
Y no lo digo yo, como hacen algunos.
Lo dicen los resultados. Por suerte, los hubo.
¿Suerte?
Bueno… eso que dicen que se encuentra cuando la preparación y la oportunidad se cruzan.
Campeonatos del mundo. Campeonatos de España. O ambos.
Álex Ruiz, Bea González, Momo González, Ernesto Moreno, Raquel Segura…
¿Os suenan algunos?
Sí, no tenían ni granos. Luego les salieron.
(Aclaro: hablo de espinillas, no de otra cosa.)
Y muchos más que quizá no ganaron títulos, pero que tenían un nivel de locos.
El día que se acabó todo
Fue una etapa intensa. Preciosa. Pero también cómoda.
Con todo montado. Con una rutina. Con una estructura.
Hasta que un día… cerraron.
Y de golpe, nos quedamos fuera.
Sin club.
Sin estructura.
Sin rutina.
Sin lo que creíamos estable.
Así nació J3Pádel
No como una idea brillante nacida de una lluvia de ideas.
Nació como una necesidad real desde el vacío.
Había que reinventarse.
Y lo hicimos.
Sin tiempo para quejas. Sin espacio para el miedo.
Desde ahí, desde cero, arrancamos una nueva etapa.
Y sí, a partir de entonces vinieron muchas cosas grandes (que ya te iré contando).
Pero ese momento fue, sin duda, salir de la zona de confort total.
¿Y mientras tanto?
Seguíamos entrenando para competir nosotros.
Y dábamos muchísimas clases.
La carrera como entrenadores profesionales aún no tenía nombre,
pero ya se estaba escribiendo sola.
Lo que quiero decir con todo esto
A veces perderlo todo no es el final.
Es la única forma de empezar lo que de verdad importa.
Seguimos.
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Jorge Cárdenas
Padel Pro Coach.
Entrenar te mejora. El propósito y la mentalidad te transforman.