No trabajes con cualquiera: valor, dirección y resultados

Jorge reflexiona sobre el valor del trabajo bien hecho, los clientes que lo ven… y los que no. Una historia real que demuestra por qué no hay que bajar precios, sino subir estándares.

No trabajes con cualquiera.

Y no, no es arrogancia. Es dirección.

Mira.
 Esta es buena.

¿Sabes quién es Milton Glaser?
 Puede que sí. Puede que no.
 Es el diseñador del logo más famoso de la historia visual de las ciudades:
 I ❤️ NY
Sí. Ese.

Y seguro que alguien ahora está pensando:
 “Tampoco es para tanto…”

¿No es para tanto?

Genial.
 Haz uno tú que dure 50 años y siga generando millones.

Un día, a Milton le dijeron que su trabajo era muy caro.
 Y él, sin despeinarse, respondió:

“¿Confiaría su nariz a un cirujano de segunda, solo porque cuesta menos?”

Y siguió a lo suyo.
 Con elegancia.
 Con claridad.
 Con dirección.

Yo no fui tan elegante.

Año 2016.
 Un club de pádel nos ofrece llevar su escuela.
 Les pasamos la propuesta:
 plan de trabajo, metodología, objetivos claros.

La respuesta:
 “Nos encanta… pero sois caros.”

Mi respuesta:
 Silencio.

Un mes después, firmamos con uno de los clubes más emblemáticos de España.
 Y durante 10 años, lo gestionamos al máximo nivel.

(Sí. Ya os contaré algún día la estrategia que utilizamos para hacer los números que ahora te voy a decir…)

Dos años después…
Nos vuelven a escribir.
Querían ver si “podíamos llegar a un acuerdo”.

Los dejamos en visto.
(Poco elegante tal vez, pero certero.)

Mientras tanto, nos llegaba otro correo.
 Uno con estos números:

42.532 € de facturación mensual.
 Solo en escuela.

Sí, mensual.
Has leído bien.

A uno le respondí.
 A otro, lo ignoré.

¿Dudas de a quién respondí?

Igual eres de los que manda 7 presupuestos… por si cuela uno.
 Y no pasa nada.
 Pero este mensaje no es para ti.

Ese club que dijo que éramos caros…
 seguramente no ha conseguido facturar eso ni en un año.

¿Moraleja?

No entrenes con cualquiera.
 No representes a cualquiera.
 No trabajes con quien no entienda tu valor.

Yo elijo con quién trabajo. No al revés.

Y no es arrogancia.
 Es dirección.
 Es respeto por mi trabajo.
 Y por la persona que decide confiar de verdad.

No entrenamos a todo el mundo.
 No aceptamos todos los perfiles.
 Y cuando lo hacemos… lo damos todo.

Pero tiene que haber algo primero:
 Compromiso.

No buscamos llenar pistas.
 Buscamos llenar cabezas de intención.
 Y corazones de propósito.

No es un negocio para todos.
 Pero sí para los que lo ven.

Seguimos, Férrikos.
 — Jorge

P.D.
Apúntate esto si estás ofreciendo servicios, entrenando o vendiendo tu conocimiento:

El precio solo molesta cuando el valor no está claro.
 El que lo ve, lo paga.
 El que no, lo discute.

Y nosotros no debatimos precios.
Mostramos resultados.