No sabes frustrarte. Y encima no lo entrenas.

En el pádel —y en la vida— no basta con entrenar técnica y táctica. Si no entrenas la frustración, cuando llegue te va a pasar por encima.

No sabes y punto.

Y encima no lo entrenas.

Ayer una jugadora rompió a llorar.
 Literal.

(Lo de “ayer”… es relativo.)

Tenía 13 años.
 Había perdido 6-1 6-1.
 Y me soltó esto, con los ojos llenos de agua:

—“Es que… no sé por qué entreno tanto si luego en los partidos no sirvo para nada.”

Silencio.

No sabía si abrazarla o romperle la pala.
 Opté por lo primero.
 Y luego hablamos.

Le conté algo que a mí nadie me contó:

El problema no es perder.
El problema es no saber frustrarse.

Y eso…
 se entrena.

Nos obsesionamos con pegar más fuerte.
 Con defender mejor.
 Con ganar más partidos.
 Con llegar al top.

Pero casi nadie enseña esto:
 qué hacer cuando todo va mal.

Y luego llegan los torneos…
 el error temprano…
 el set en contra…
 el mal gesto del rival…

Y no saben ni respirar.

En J3, esto lo entrenamos.

Lo generamos.
Lo provocamos.

No para hacerlos sufrir.
 Sino para que la frustración no sea un monstruo desconocido…
 sino un compañero de viaje.

Porque si nunca la conoces,
 cuando aparece, te come.

Consejo práctico:

🔥 Entrena mal.
 A propósito.

• Haz ejercicios con desigualdad.
• Oblígale a jugar con puntos en contra.
• Monta partidos con reglas injustas.
• Quita comodidades.

Y luego,
 enséñale a sostener.
A respirar.
A seguir.

Porque no gana el que nunca se frustra.
 Gana el que, aun frustrado… sigue.

Seguimos, Férrikos.
 — Jorge

P.D.
Esto que te acabo de contar…
muy pronto lo vas a poder entrenar tú también.
Desde donde estés.
Con una guía. Con intención. Con conexión.

📌 Apunta esta fecha: 15 de junio.