Lección de Roland Garros: cuando estés contra las cuerdas, aprieta

Jorge analiza la épica final entre Alcaraz y Sinner y extrae una lección brutal para jugadores, entrenadores y familias del deporte. No recules. Acelera.

De auténticos locos

Solo recuerdo una cosa parecida.

Locura.

Te pongo en CONtexto y CONdatos.

No hay otra palabra para lo que acaba de pasar.

Final de Roland Garros.
 Alcaraz vs Sinner.
5 sets.
5 horas y 27 minutos.

La más larga de la historia del torneo.

Y, sinceramente…
 la mejor que he visto desde 2008.
(Wimbledon. Nadal – Federer. ¿Te acuerdas?)

Dos españoles.
 Dos campeones.
 Dos partidos eternos.
 Dos leyendas en construcción.

Hoy no vamos a hablar de pádel.
 Hoy toca hablar de deporte con mayúsculas.

Del de verdad.
 Del que te remueve.

Porque Sinner tuvo el partido en la mano.

Cuarto set.
2 sets arriba.
5/3.
40-0.

Tres bolas de partido.
 Ya lo tenía hecho.

(Cuántas veces habremos dicho eso...)

Pero algo cambió.

¿Culpa suya?
 ¿Mérito de Carlitos?

Podrían ser las dos.
 Pero hoy fue la segunda.

Y no es opinión.
 Son datos.

Yo soy de los que mira números.
 De los que no vende humo.
 Ni te tira porcentajes por tirar.

Me gusta entender qué pasó.

Lo siento, es una obsesión.
 Puede ser una virtud o no.
 Pero es así.

A lo que iba.

Ojo. Cuidado. Be careful.

Esto ha pasado:

1. La derecha de Alcaraz pasó de una media de 127 km/h a 137 km/h.
2. Su revés, de 116 km/h a 123 km/h.

¿Te das cuenta?

No especuló.
No esperó el error.
No dudó.

Aceleró.

En el peor momento.
 En el más jodido.

No se encogió.
 Se estiró.
Y por eso, hoy tiene su primer Roland Garros.

Con 21 años.
(Igual que Nadal en esa final del 2008, otro datiko)

Pero hay algo aún más importante:
 La actitud de ambos durante todo el partido.

Cinco horas y media de respeto, entrega, emoción y nobleza.
 Un ejemplo para todos los deportes de formación.

Y no solo para jugadores…
 También para entrenadores.
Y, sobre todo, para familias.

Y lo lamento…
 pero en eso, en el pádel, todavía estamos muy lejos.
Y no me refiero a lo económico.

Moraleja:
Cuando estés contra las cuerdas…
cuando parezca que ya está todo perdido…

No recules.
No te escondas.
No te guardes nada.

Haz como Carlitos:
 Aprieta.
Y ve a por todo.

Seguimos, Férrikos.
 — Jorge