Hoy no he jugado mucho: lo que pasó en la pista… y en casa
Jorge Cárdenas comparte una experiencia personal como padre que revela el verdadero poder de la atención. Una historia sencilla con una lección clave para padres, entrenadores y jugadores.
Hoy no he jugado mucho
Esto no iba a contarlo.
Pero si estás leyendo esto… es porque eres de los míos.
Y algunas cosas, ya lo sabes, solo las comparto aquí dentro.
Antes de nada, ¿qué tal el finde?
El mío fue bonito. Y el lunes también.
A ti no te gustan los lunes… ¿seguro? Háztelo mirar.
Al grano.
Mi hija —Allegra— también juega.
No a pádel, a balonmano.
Hace unas semanas tuvo partido… y, sinceramente, no jugó mucho.
O mejor dicho: jugó lo que tocaba.
Y no lo digo con rabia. Ni con resignación.
Lo digo con objetividad.
El tiempo que estuvo en pista fue acorde a lo que transmitía:
poca concentración, poca presencia, poca atención.
Y claro… como padre, me picó.
Una parte pequeñita.
La que te empuja a ir al entrenador y soltarle:
“¿Por qué no la pusiste en el último cuarto?”
Pero me frené.
Porque sé que ese entrenador quiere lo mejor para el equipo.
Y para cada una de las niñas.
Así que al acabar, hice lo que siempre hago:
La felicité.
Le hice preguntas.
Y alejé el foco del resultado.
Ni le mencioné que había jugado poco.
Tampoco sabía si ella se había dado cuenta.
Hasta que, ya en casa, me mira y suelta:
“Papi… hoy no he jugado mucho.”
Mi respuesta fue la mejor que se me ocurrió:
— ¿Tú qué crees? ¿Has dado tu 100%?
Y con esa honestidad brutal que tienen los niños de 8 años, me respondió:
“No, papá. Hoy estuve empaná. Estaba atenta a otras cosas.”
Otra vez… la atención.
— ¿Y dónde la tenías? —le pregunté.
— Estaba nerviosa… porque vinieron los abuelos y los titos.
Eso es normal. Los nervios activan.
Lo que importa es lo que pasa después de que empieza el partido.
Mini chapa (de las mías):
El problema no fueron los nervios.
Fue que no pusiste la atención en el balón.
Ni en las compañeras.
Ni en lo que decía el entrenador.
Ni en respirar.
Ni en botar la pelota.
Los nervios siempre van a estar.
La clave es: cuánto duran después del saque inicial.
Y eso, Allegra, depende de ti.
Fin de la chapa.
Corta. O no tanto.
Sencilla. Pero con cariño y verdad.
Y tuvo efecto rebote…
Que contaré.
O no.
Si lo compartís y subimos 50 suscriptores… lo cuento al toque.
Porque lo que pasó después… no me lo esperaba.
Bueno, en verdad… sí.
Seguimos.
— Jorge

Jorge Cárdenas
Padel Pro Coach.
Entrenar te mejora. El propósito y la mentalidad te transforman.