50 minutos sin perder un solo punto (y lo que pasó después)

Jorge Cárdenas recuerda uno de los momentos más intensos de su carrera como coach profesional: semifinal del WPT Marbella Master 2022. Una historia de tensión, foco y conexión de equipo.

50 minutos sin perder un solo punto

Abierto.
 A corazón abierto hoy.

Hoy hablamos de datos.
 Pero no de los que se suben a redes.
 Ni de los que se inventan para vender cursos.
 Hoy hablamos de un dato real.
De esos que se sienten. Que marcan.

WPT Marbella Master 2022

¿Dónde estabas tú ese día?

¿Jugando? ¿Viendo a tu hijo en un torneo federado? ¿En la playa?

Era el tercer torneo de Álex y Momo como pareja.
 Mi primer proyecto como coach único y principal de una pareja top 8.

• Álex venía de ser pareja 4 con Stupa. Ganamos 2 torneos. 5 finales.
  
  
  
• Momo… pisaba cuartos y ya era un logro.
  
  
  

A los dos los conozco desde que eran chicos.

Pero ahí estábamos.
 Todo el staff.
 Todo el equipo.
 100% malagueño. 100% integrado. 100% enchufado.

Ahora lo pienso y lo entiendo mejor todo lo que vivimos.
 (Ya os contaré… Hoy no toca el libro del abuelo.)

Semifinal contra Tello y Chingotto

Verano. Málaga. Calor. Mediodía.
 Un infierno.

Y durante más de 50 minutos… no perdimos ni un punto al saque.
 Ni uno.

Set y medio.
 Cero errores.
 Yo, desde el banco, lo sentía.
 Volábamos.

Todas mis intervenciones iban al resto.
 Al saque… ni lo tocaba.

Hasta que me giro, veo a Nacho Palencia y le digo:

—Tío, ¿puedes confirmar con los del streaming si hemos perdido algún punto al saque?

Confirmado: cero puntos perdidos.

Cambio de lado.
 Momo se me acerca:

—George, ¿por qué no dices nada del saque, que es lo que toca ahora?

Lo miro. Lo proceso.
 Y lo tengo claro:

No lo voy a decir.
 Le cambio la atención.

Con el calor que hace, el que rompe… medio set que se lleva.

Me lo guardo.
 Y justo después del cambio de lado… rompemos.

Y ahí sí lo suelto:

—Bien chicos. Vamos a mantener. Al saque igual, no nos han hecho un puto punto.

¿Y qué pasó justo después?

Exacto.
 PUM. Primer punto al saque… perdido.

Nos miramos.
 Y en medio de la tensión más heavy que he vivido en un partido…
 nos reímos.

Siguiente paso por banco:

—No sé para qué coño digo nada.

El final ya es historia.

El abrazo con mi hermano al acabar.
 Lágrimas.

—Eres un enfermo. Lo has conseguido.
 —Lo hemos conseguido, joder. Lo hemos conseguido todos.

Moraleja:

A veces poner el foco es bueno.
Otras, no tanto.

La clave no es poner el foco.
 Es saber dónde, cuándo… y por qué.

Y luego sí, analiza datos.

Pero primero…
 vive el partido.

Seguimos, Férrikos.
 — Jorge

P.D. Ese partido —como tantos otros— ya no existe.
Premier Pádel absorbió el circuito y desapareció todo ese contenido.
No lo digo para regocijarme viéndolos. No los veo.
Me quedo con lo vivido desde el banco.

Eso no se iguala.

Los que pierdo…
 esos sí que me los trituro.
 Ese mismo día. Y toda la semana.

¿Masoca?
 No.
 Obsesión por mejorar. Por ganar.

Porque en esa liga…
 se juega para ganar.